Noticias desde la ciudad de EL ALTO, canal 15, horas 20

El Alto no es un problema

Un letrero en la salida del aeropuerto de El Alto dice: El Alto no es un problema, es una solución para Bolivia. Merece que se reflexione al respecto. Hoy, muchos bolivianos piensan que El Alto es una ciudad de bochincheros y agresivos, de bloqueadores, de pobladores sumidos en un mar de pobreza. Incluso hay quienes dicen que se vive en un mar de ignorancia, lo que facilita la manipulación política de mujeres y hombres de esta esforzada ciudad.

Y tienen algo de razón pues muchos alteños y alteñas han contribuido a esta imagen. Con sus excesos verbales sin medida, con líderes vecinales convertidos de improviso en ministros con nula capacidad de gestión, con sus protestas sin orden ni límite, han plantado esas visiones equivocadas de esta noble ciudad. También varios líderes se han aprovechado de las energías de las esforzadas alteñas y las han utilizado como “escaleras” para su propio ascenso político, al movilizarlas con sanciones económicas que afectan sus pequeños ingresos económicos.

En este 16 de julio, a los 200 años del levantamiento de Pedro Domingo Murillo y los hermanos García Lanza, de Apolinar Jaén, de Buenaventura Bueno y de todos los paceños que le dijeron basta al poder colonial español, es también hora de recuperar el otro rostro de El Alto, de su identidad trabajadora, de sus emprendimientos, de intentos de empresas, de capacitación de padres y de hijos, es decir, una imagen donde los alteños silenciosamente y sin mucho alarde construyen emprendimientos para mejorar su vida, vivir con dignidad, generando muchas fuentes de trabajo para ellos mismos y otros conciudadanos.

Para fortalecer esta nueva imagen de El Alto se requiere de un programa de reactivación económica que vaya más allá de la atención de las calles, el agua y la luz eléctrica. Los verdaderos líderes están en el deber de proponer un Plan Estratégico que permita a esta ciudad vencer con firmeza la enfermedad crónica del desempleo y brindar oportunidades económicas de bienestar a las familias alteñas, a las mujeres esforzadas y trabajadores que tiene, a los hombres que día a día salen de sus casas a batallar por el pan diario, a los jóvenes que cotidianamente pugnan por conseguir un empleo seguro.

Los que conocemos El Alto sabemos que lo fundamental es generar mayores fuentes laborales, aumentar el número de empleos estables y con ello elevar la capacidad de ahorro, compra y consumo. Para esto se requieren créditos productivos, capacitación para elaborar productos de calidad y construir obras urbanas para fortalecer la capacidad productiva de la ciudad con parques industriales, hospitales, puentes, centros de recreación. Y como El Alto es también exportador, requerimos nuevos acuerdos comerciales con la Unión Europea, Estados Unidos, Japón, China y México.

Hay que estar atentos y escuchar a los líderes que propongan una nueva visión para el desarrollo de El Alto, que beneficiará también a las provincias paceñas, las regiones del interior del país conectadas. Y se requiere esfuerzo y apoyo que hoy es insuficiente por parte del Gobierno nacional, de la Prefectura y del gobierno municipal. Pero ya sabemos hacerlo. Ahí están la manufactura de algodón y textiles, el cuero y sus derivados, la producción de joyería, de productos de madera y metales y los alimentos orgánicos como el cacao, el café, la carne de llama y otros.

Como homenaje a los protomártires y a los ciudadanos de hoy, impulsemos una nueva visión de desarrollo de El Alto y comprometamos nuestro aporte a ello. En este 16 de julio, ¡Felicidades a todos los paceños de las ciudades y de las provincias!

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