La Interpol emitió ayer una orden de detención contra el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, cuyo sitio publica desde el domingo documentos secretos norteamericanos. La organización policial, con sede en Lyon, confirmó que transmitió a sus 188 Estados miembros una notificación roja contra Assange, que está siendo buscado por Suecia por una investigación por violación y agresión sexual. Las notificaciones rojas se usan para solicitar la detención preventiva con miras a la extradición de una persona buscada y se basan en una orden de detención o en una resolución judicial.
«Es muy sorprendente que la Interpol adopte medidas tan extremas por algo que el Tribunal de Apelación dijo que era una violencia menor. Parece ridículo», afirmó Björn Hurtig, defensor de Assange, para quien «debe haber otra cosa detrás de todo esto». A su juicio, el rechazo de la fiscala superior, Marianne Ny, a aceptar que el australiano pudiera testificar desde el extranjero aumenta las sospechas sobre otros posibles motivos de la orden internacional.
La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, cuya dimisión solicitó ayer Assange en el caso de que se pueda demostrar que estaba detrás de la orden dada a la diplomacia estadounidense para espiar en la ONU, intentó aguantar el tipo al afirmar que la publicación de los documentos no dañó las relaciones exteriores de EE.?UU. Según dijo, habló del asunto con sus homólogos de otros países durante la cumbre de la OSCE que se celebra en la capital kazaja, Astana. «Hasta ahora, nadie manifestó su intención de dejar de colaborar o de hablar de determinados temas por ese motivo». «Mucha gente querrá preguntarnos muchas cosas y estamos dispuestos a debatirlas», añadió defendiendo a su equipo diplomático.
Mientras tanto, el portal sigue sacando a la luz cables con revelaciones. Uno de ellos, firmado en 2009 por la embajadora en Pakistán, Anne Patterson, señala que la «principal preocupación (norteamericana) no es que un militante islamista pueda apropiarse de un artefacto atómico, sino el riesgo de que alguien que trabaja en una instalación del gobierno de Pakistán pueda sacar progresivamente material nuclear para producir eventualmente un arma». Pakistán consideró que se trataba de preocupaciones infundadas ya que «jamás ha habido un solo incidente en relación a nuestro combustible fisible, lo que demuestra que controlamos estrictamente» las instalaciones, dijo un portavoz de Exteriores paquistaní.
Ante la situación que se ha creado, Barack Obama designó a un funcionario con el fin de mitigar los daños provocados por las filtraciones y evitar que ocurran otras en el futuro. Se trata de Russell Travers, director adjunto de distribución de información del Centro Nacional contra el terrorismo.
Por otra parte, Amazon dejó de albergar en sus servidores a Wikileaks, por lo que no era posible acceder a él en Estados Unidos.
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