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MASacre y MASesinato

Ha trascendido que, como nos tiene acostumbrados, el Gobierno no va a perder la oportunidad de ponerle nombre a su más reciente ocurrencia, el tren bala: “Capitán Wálter Andrade”.

Sarcasmos aparte, el tiempo ha hecho su trabajo y cada día se revelan más detalles acerca de la sordidez que envuelve a las acciones estatales en materia de intervenciones armadas, para el caso, aunque extensiva a otros ámbitos como el energético, por ejemplo.

Sucesos aparentemente inconexos han contribuido a desbaratar las versiones antojadizas que los operadores del oficialismo manejaban hasta hace poco como verdades incontrastables y hoy, ante el dramático giro que han tomado los hechos, ensayan balbuceos defensivos equivalentes a mandar el balón al córner, sólo que esta vez podrían ser sorprendidos con un gol olímpico.

Hace algo más de dos meses, durante un operativo “de rutina” de la UTARC, sus efectivos, liderados por el nefasto capitán Andrade, balearon un vehículo y una cámara de propiedad de Unitel, además de secuestrar dicho dispositivo y no haberlo devuelto hasta la fecha. El hecho, aparentemente aislado, ha derivado en un escabroso cuadro que pone en evidencia el trabajo sucio que realizan los organismos armados del régimen masista, tareas en las que la violación de los derechos humanos, el gatillo fácil, la ejecución extrajudicial, la siembra de evidencias, el terrorismo de Estado, la falta de escrúpulos y la mentira son la regla.

Cuando se conoce —se sospecha, diremos, para hacernos los opas— los entretelones de la participación activa —convivencia, propiamente— de los agentes del Gobierno con quienes asesinaron más tarde, provoca escalofríos el colegir que estaban al tanto de que se iba a cometer un atentado contra la residencia del Cardenal y no hicieron nada para frenarlo y más bien dejaron que pasara. No resulta aventurado pensar que fueron los propios infiltrados quienes instigaron dicho bombazo, digamos que bien calculado, sabiendo que el Cardenal no se encontraba presente; pero ¿y si Terrazas cambiaba de planes? (escenario improbable, pero no imposible). Ese era el momento en el que se consumaba un magnicidio, “el” magnicidio.

Pero no nos engañemos. “Rambo” es sólo un figura de tercer orden en esta historia. Detrás de la MASacre de Pando y de los MASesinatos están las mentes enfermas de poder que pretenden minar la moral de los ciudadanos que conservan el espíritu crítico, consustancial al sistema democrático.

Traigo de aula libre el criterio de una de sus participantes: “La violencia y el odio que han sembrado estos gobernantes que dijeron que al primer muerto se irían, ahora después de más de 70 muertos siguen agarrados de la mamadera como garrapatas. El video ‘Sumamente Pando’ restablece la verdad por encima de la costosa mentira que el Gobierno ha montado para incriminar a Leopoldo Fernández por un crimen que ellos han preparado meticulosamente y que Quintana ha ejecutado implacablemente y con total sangre fría”.

Hay más que sólo cierta similitud fonética entre San Román y Juan Ramón. ¿No le parece?.

*Puka Reyesvilla

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